miércoles, 10 de enero de 2018

Hay dos tipos de células grasas. He aquí cómo obtener más de la buena.

Hay dos tipos de células grasas. He aquí cómo obtener más de la buena.

Artículo escrito  en inglés por Claire Maldarelli el 5 de enero de 20018 en la revista Popular Science

Encuentre el artículo original en inglés en:
https://www.popsci.com/brown-fat-cells-good?CMPID=ENE010718&spMailingID=32504159&spUserID=ODY3MTA0NzYxNzQS1&spJobID=1200894006&spReportId=MTIwMDg5NDAwNgS2

Cada enero, la grasa es el objetivo de los columnistas de salud, de las revistas de fitness y de los americanos desesperados. Este año, PopSci analiza el macro nutriente más allá de sus asociaciones más negativas. ¿Para qué sirve la grasa? ¿Cómo hacemos que vaya donde queremos? ¿Por dónde va cuando está perdida?  Esto, mis amigos, es el Mes de la Grasa.

La mayoría de las personas asume que toda la grasa corporal es generada de la misma manera. Que deberíamos tener algo de ella, pero no demasiado, y a medida que entramos en la adultez, básicamente se queda allí almacenando energía (y acumulándose en áreas que no queremos).  Pero eso es solo parte de la historia de la grasa. En realidad, tenemos dos tipos completamente diferentes de células grasas: Grasa parda y grasa blanca. Y la grasa parda como resulta ser, tiene una función increíblemente genial y útil. Puede quemar calorías por ti.

Los científicos han sabido de estas variedades de grasa durante bastante tiempo, pero un descubrimiento en el 2009 cambió nuestra visión de su función. Las células de grasa parda, a diferencia de las blancas, generan calor para mantenernos calientes. Eso es particularmente útil si uno es un bebé y no puede tiritar para evitar enfriarse demasiado. Por esa razón, los científicos siempre supusieron que solo los bebés poseían esas células. Pero una serie de estudios del 2009 publicados al mismo tiempo en el New England Journal of Medicine mostraron que los adultos también tienen algo de ellas.

Este descubrimiento provocó más investigaciones, actualmente en curso, que tanto efecto tienen estas células grasas pardas. Y quizás lo más importante, si uno puede aumentar su cantidad de células grasas pardas para perder peso.

¿Qué es la grasa parda? ¿Y qué la hace diferente de otras grasas?

La principal diferencia entre la grasa blanca y la parda radica en su color y nombre. Dentro de una célula grasa blanca se encuentra una sola gran gota de lípidos (grasa) y no mucho más. Ese depósito grasoso le da a la celda su color y su fama, almacenando energía y proporcionando un buen cojín para nuestros órganos internos. También produce un montón de hormonas, como el estrógeno y la leptina (que regula el hambre), y contienen receptores para otras como la insulina.

Pero la composición de una célula grasa parda es completamente diferente. En lugar de un enorme trozo de grasa, contiene un puñado de diminutas gotas de grasa y una gran cantidad de mitocondrias. Esas centrales de energía celulares contienen hierro, lo que les da un color pardo, de ahí su nombre, el cual ayuda a quemar las pequeñas gotas de grasa. Sí, tienes células grasas que queman la grasa que comes. ¿No es eso ingenioso?

¿Debería tener más células grasa pardas que blancas?

Es importante recordar que las células grasas blancas, aunque quizás menos glamorosas que la variedad que quema grasa, son bastante importantes. Si no tuviéramos grasa blanca, nuestros órganos internos estarían constantemente expuestos y en riesgo. Tampoco podríamos regular muchas de nuestras hormonas y, en consecuencia, las funciones corporales.

Pero también es cierto que las células grasas blancas pueden acumularse en exceso. Esto sucede a menudo cuando consumimos más calorías de las que quemamos. Demasiada grasa blanca puede provocar enfermedades como la diabetes y la obesidad. Las células grasas pardas, por otro lado, pueden quemar la grasa dentro de ellas, de modo que ayudan a evitar que se acumule grasa adicional.

En los últimos años, los investigadores han intentado averiguar si agregar más células grasa pardas -o acelerarando su producción- podría tratar o prevenir la obesidad. Y si es así, ¿cuánto más grasa parda necesitamos?

¿Cómo puedo obtener más grasa parda?

Los científicos aún no han descubierto completamente todos los misterios de la grasa parda, pero parece claro que aumentar su actividad en el cuerpo puede ser muy beneficioso. Y hay un par de maneras de impulsar las reservas de ésta en el cuerpo.

La grasa parda se vuelve más activa a temperaturas más bajas. Uno de los estudios de año 2009 de la revista New England Journal of Medicine descubrió que se activa más grasa parda cuando uno se encuentra en una habitación fría de 61 a 66 grados Fahrenheit (de 16 a 19 grados Centígrados). Sobre la base de esa investigación, un estudio del 2014 trabajó con hombres adultos que dormían en una habitación con temperatura controlada que los investigadores cambiaron a lo largo del estudio. Descubrieron que dormir a una temperatura de 66 grados Fahrenheit (19 grados Centígrados) durante un mes, en comparación con 75 grados Fahrenheit (24 grados Centígrados) durante el mismo período de tiempo, casi duplicaba el volumen de grasa parda en los cuerpos de los sujetos. Los participantes también vieron mejoras en su sensibilidad a la insulina. Los investigadores concluyeron que el simple acto de bajar el termostato por la noche o en la oficina donde trabaja podría ser beneficioso para su salud.

Muchos estudios recientes también han encontrado que el ejercicio también puede afectar nuestra grasa parda, ya sea generarándolas o activando células existentes para que quemen más grasa. La actividad física puede incluso convertir algunas células grasas blancas en pardas. El ejercicio regular y moderado es una forma segura de mantener sus células adiposas trabajando en su favor.

Los científicos están trabajando arduamente para descubrir qué más hace por nosotros la grasa parda y de qué otro modo podemos aumentarla. Este mes, los investigadores que informaron en la revista Small Methods describieron un parche diseñado para administrar medicamentos que se cree que aumentan la producción de grasa parda.

Mientras esperamos que los científicos descubran cómo convertirnos en máquinas productoras de  grasa parda, es importante recordar que también debemos mantener niveles saludables de grasa blanca. La clave es hacer ejercicio regularmente, reducir el estrés y comer una dieta balanceada que, como siempre, incluya una gran cantidad de fibra. Dormir con la ventana semi-abierta este invierno puede darte un pequeño impulso para quemar grasa, pero ir al gimnasio todas las mañanas será mucho más beneficioso.