martes, 6 de febrero de 2018

He aquí por qué tu cuerpo almacena más grasa en ciertos lugares

He aquí por qué tu cuerpo almacena más grasa en ciertos lugares

Estamos hablando de sexo (hormonas)

Artículo escrito  en inglés por  Sara Chodosh el 12 de enero de 2018 en la revista Popular Science

Encuentre el artículo original en inglés en:
https://www.popsci.com/why-fat-goes-to-my-whatever?CMPID=ene011418&spMailingID=32594077&spUserID=ODY3MTA0NzYxNzQS1&spJobID=1201594302&spReportId=MTIwMTU5NDMwMgS2


Estamos un poco obsesionados con mover la grasa. Y no, no estamos hablando de robar bolsas con las sobras de una liposucción para hacer jabón.

Como sociedad, parecemos perpetuamente infelices sea donde sea que nuestro cuerpo opta por almacenar sus lípidos. La música pop sigue diciéndonos que deberíamos ejercitamos lo suficiente para tener "poco en la cintura" manteniendo, como dicen, "mucho trasero". Innumerables ejercicios prometen tratar sólo "áreas problemáticas". Y luego están las medidass más drásticos de redistribución grasa: Las Kardashians la mueven de su estómago a sus nalgas, mientras que otras toman la de sus muslos y la pasan a sus pechos. Optan por estas cirugías porque la naturaleza es demasiado buena para esconder nuestro exceso de energía en forma de flotador.

Y es difícil luchar contra la naturaleza.

Si tienes la tendencia a almacenar los kilos extra en tu panza o tu trasero o la parte superior de tus brazos, tu grasa continuará posicionándose allí. Para siempre. Abdominales y sentadillas pueden ayudar a moldear nuestro cuerpo de una manera diferente, pero ninguna cantidad de ejercicio o dieta te convertirá en una persona que almacene naturalmente sus lípidos en un lugar diferente. De hecho, hay realmente sólo una forma de hacerlo: cambiar tus hormonas.

Específicamente, tus hormonas sexuales. Testosterona y estrógeno son dos de los mayores motores de almacenamiento de grasas, que son la razón por la que hombres y mujeres tienden a tener formas diferentes cuando se trata de la grasa. Cuerpos biológicamente femeninos la guardan en muslos y nalgas, mientras que cuerpos masculinos tienden a empacarla en el estómago. Esto es también en parte responsable del porqué los hombres tienden a tener más problemas cardiovasculares. La grasa abdominal agrava los problemas de metabolismo y desencadena todo tipo de cambios metabólicos que tienen un impacto negativo en el sistema cardiovascular.

Pero no es tan sencillo como que "la testosterona te hace poner la grasa en tu vientre." De hecho, es los hombres con niveles bajos de testosterona que comienzan a almacenar sus lípidos allí, es la razón por la que, a medida que con la edad disminuyen los niveles naturales de testosterona, generalmente empiezan a tener ese aspecto de panzones.

La testosterona y el estrógeno en general promueven la delgadez, y los andrógenos (que es la clase de los esteroides sexuales como la testosterona) parecen tener efectos muy diferentes dependiendo del sexo. Es un sistema complejo y se hace sólo más complicado por el hecho de que es muy difícil estudiar diferencias como esta — la mayoría de las personas en el mundo permanece biológicamente varón o hembra durante toda su vida. Esto significa que son sólo algunas ventanas de oportunidad en donde podemos ver cómo un cambio significativo en las hormonas sexuales afecta la grasa corporal.

La más obvia es la pubertad. Cuando las hormonas en los adolescentes se aceleran, los someten a todo tipo de cambios corporales debido a la testosterona y el estrógeno (y, en menor grado, progesterona) son los responsables de muchas de nuestras características sexuales secundarias. Las mujeres desarrollan caderas más anchas y pechos. Los hombres de pronto pueden desarrollar mucho músculo, especialmente en sus pechos, y sus voces se profundizan a medida que sus testículos maduran. A todo el mundo le comienza a crecer vello corporal y se comienzan a tener experiencias confusas y sensaciones de deseo sexual y romance que conducen inevitablemente a algunas angustias abrumadoras.

Y durante este tiempo, también comenzamos a desarrollar grasa en esos lugares característicos: los hombres en el estómago, las mujeres en los muslos y glúteos. Esto es porque el tejido adiposo en diferentes partes de nuestro cuerpo tiene receptores para diferentes tipos de hormonas. La grasa en nuestros estómagos, sobre todo esa grasa visceral que rodea los órganos, parece responder bien a los andrógenos (es decir, testosterona), y los investigadores piensan que es porque las células de grasa viscerales tienen receptores androgénicos. La grasa subcutánea, que es la que se desarrolla debajo de la piel, tiene receptores de estrógeno.

Como un bono divertido, la grasa subcutánea también produce y almacena el estrógeno, así que cuanto más grasa subcutánea tienes, tus niveles de estrógeno en general tienden a ser mayores. Esto es en parte responsable del porqué personas con porcentajes de grasa corporal muy baja pueden dejar de menstruar, sin suficiente estrógeno para controlar las cosas, sus ciclos hormonales se estropean.

Esto podría ser en parte de la razón por la cual las mujeres comienzan a tener un mayor porcentaje de grasa corporal cuando llegan a la pubertad: más estrógeno impulsa el crecimiento de más células grasas.
Lo mismo parece suceder con las personas transgénero que se someten a la terapia de hormonas para ayudar a su transición. Aquellos nacidos como mujer que comienzan a tomar testosterona también cambian a tener crecimiento de grasa visceral en sus abdómenes, en lugar de grasa subcutánea en sus muslos y glúteos. Incluso desarrollan un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, ya que ese tejido adiposo estresa sus sistemas metabólicos. Aquellos nacidos como hombre que comienzan una terapia de estrógeno tienen el efecto contrario. Es de estos estudios de donde conseguimos mucha de nuestra mejor información acerca de cómo los esteroides sexuales influyen la grasa corporal, ya que es la única vez que la gente realmente cambia sus hormonas prevalentes en lugar de mover sus niveles de sus hormonas naturales hacia arriba o hacia abajo.

A medida que envejecemos, hacemos una transición lenta de niveles de hormonas altos a niveles bajos. Los hombres tienen niveles más bajos de testosterona a medida que envejecen, y puesto que la testosterona promueve la delgadez y la grasa abdominal, esta disminución parece tener el efecto del crecimiento de panza. Pero de manera confusa, las drogas que bajan artificialmente la testosterona (como los medicamentos bloqueadores de andrógenos que algunos hombres con cáncer de próstata tienen que tomar) tienden a desplazar la grasa del estómago hacia una distribución más femenina.

Curiosamente, también es cierto que tener demasiada testosterona hace más propensos a tener grasa del vientre. Hay una especie de zona perfecta donde mayoría de los hombres cae en la mayor parte de sus vidas, pero alejarse  de esta en cualquier dirección causa muchos de los mismos síntomas metabólicos. Los hombres con hipogonadismo, que tienen muy baja la testosterona, se adelgazan cuando les dan suplementos de la misma. Pero los atletas masculinos que abusan de los mismos suplementos aumentan su riesgo de enfermedad cardiaca y tienen una mayor tendencia a acumular grasa en el estómago (Solo que no se nota porque la mayoría de ellos están en forma).

La menopausia causa una caída mucho más drástica. A medida que los niveles de estrógeno caen, las mujeres experimentan una pubertad a la inversa a medida que sus cuerpos se adaptan a un nuevo equilibrio hormonal. Hay toda una serie de síntomas que vienen junto con esta transición, entre ellos un cambio a almacenar grasa en el estómago y en primer lugar una tendencia general a ganar peso. Por esta razón las mujeres posmenopáusicas tienen más de lo que denominamos una forma de manzana que de una pera, la grasa se mueve al abdomen. Curiosamente, aquellas que reciben terapia hormonal para aliviar los síntomas también tienden a retrasar el desplazamiento de la grasa corporal. Durante este tiempo también aumenta el riesgo cardiovascular. Puede ser que la disminución de estrógeno permite que los niveles de andrógeno natural tenga un mayor impacto en el cuerpo.

Se puede ver un patrón similar en las mujeres con síndrome de ovario poliquístico, que tienen elevados niveles de andrógenos y también tienden a almacenar grasa en su abdomen. De hecho, la mayoría de las enfermedades que afectan a las hormonas sexuales también afectan la grasa corporal. Las mujeres con síndrome de Turner, que tienen sólo un cromosoma X, tienen distribuciones de grasa claramente diferentes que las mujeres con dos X. Los hombres con el síndrome de Klinefelter, XXY, tienen una distribución de la grasa mucho más en línea con cuerpos biológicamente femeninos.

Pero no necesariamente se requiere una anormalidad genética, enfermedad o transición para cambiar los niveles hormonales. Algunas mujeres simplemente tienen más testosterona, y algunos hombres tienen naturalmente niveles bajos. Hay un rango enorme, totalmente normal, que puede afectar la distribución de la grasa corporal, al menos hasta cierto punto, que es parte de la razón por la qué uno no puede elegir donde almacenar la grasa. Uno está atado a lo que tiene, salvo la cirugía o la terapia hormonal, así que aprende a aceptar tus flotadores. Puedes bajar de peso por salud o por autoestima, pero nunca vas a hacer que su cuerpo deje de darle esos flotadores poco lindos. Estarán con usted en la gordura y en la delgadez, así que también debe aprender a quererlos.

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